La intervención de los poderes públicos en la creación y promoción de la identidad del colectivo inmigrante en el distrito centro de la ciudad de Madrid.

Introducción.

Este trabajo tiene como objetivo fundamental el estudio de la intervención de los poderes públicos en la creación y promoción de la identidad urbana de determinados grupos sociales sobre el espacio urbano que habitan, en este caso el del colectivo inmigrante en el distrito centro de la ciudad de Madrid. Utilizaremos para ello, las visiones que tanto las instituciones públicas (representados por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid), como ciertos medios de comunicación aportan a la construcción de dicha identidad en función de determinados intereses y percepciones particulares. En este sentido, nos centraremos en el estudio de los documentos públicos elaborados por dichas instituciones tales como planes de remodelación urbana, o planes de integración de los inmigrantes, y en menor medida, en la visión y tratamiento que algunos medios de comunicación (prensa escrita gratuita) hacen sobre este colectivo.

Elegimos el distrito centro de Madrid, por guardar, en primer lugar una serie de características estructurales que favorecen la instalación en él del colectivo de inmigrantes y en segundo, por ser este distrito uno de los que en mayor medida ha sido objeto de políticas públicas de rehabilitación y remodelación urbana.

El distrito centro y el colectivo inmigrante.

En las últimas décadas, se ha acentuado notablemente la llegada de inmigrantes a la ciudad de Madrid, llegando a constituir en 2008 un 16,9% de la población residente en el municipio, pero podemos decir que es en el distrito centro donde existe la mayor densidad de todos de distritos de Madrid, llegando a alcanzar hasta el 26.9% de la población total que vive en ese distrito.

La elevada oferta de pisos en régimen de alquiler, las buenas comunicaciones, la centralidad del distrito en el municipio o la presencia de servicios administrativos públicos, son características por las cuales este distrito resulta estratégico, tanto para los inmigrantes que establecen allí su residencia, como para los intereses comerciales e inmobiliarios en busca de beneficios que demandan planes de rehabilitación y modernización del centro urbano, necesitando, para ello, un cambio de imagen e identidad del que actualmente tiene. En este sentido, será necesaria la reconstrucción identitaria de determinados grupos significativos en el territorio por sus características singulares, de forma que pueda ser redireccionada mediante la concesión de atributos y valores simbólicos que desemboquen en la revalorización de dichos espacios urbanos. Este será el caso de las políticas urbanas respecto al colectivo inmigrante en el centro.

Uno de los puntos cruciales para entender la concentración del colectivo inmigrante en este territorio, es la vivienda. Como dice Leal Maldonado (2005: 42), respecto a las pautas de asentamiento de este colectivo, «en la primera fase, los inmigrantes recién llegados buscan una vivienda en alquiler y saturan aquellas zonas en las que se daba una mayor oferta de viviendas en este régimen, asequibles para sus economías, preferentemente en los centros urbanos. Esto supone el mantenimiento de viviendas en mal estado que hubieran sido demolidas y la posibilidad, por parte de los propietarios de las viviendas de los centros degradados de las ciudades de obtener beneficios suplementarios por su alquiler». Así, es el distrito centro el que dispone de uno de los mayores porcentajes de viviendas en régimen de alquiler, además de ser el distrito madrileño en donde existen los mayores porcentajes de viviendas construidas antes de 1900 y de viviendas en mal estado según el último censo.

Muchas de las viviendas que se alquilan gozan de un dudoso estado de habitabilidad y son ocupadas en condiciones precarias aún manteniendo una elevada renta, de tal manera que «cuando los alquileres son demasiado elevados para poder pagarse por una sola familia, se recurre al hacinamiento, al subarriendo de habitaciones e incluso en los casos más extremos a las denominadas camas calientes» (Leal Maldonado, 2005:43).

Por otro lado, la degradación física de algunos barrios del distrito, caracterizada en forma de ruidos exteriores, contaminación, malos olores, escasa limpieza de las calles, pocas zonas verdes, inseguridad, prostitución o drogas supone en muchos casos un deterioro social que en ocasiones es fácilmente asociado con la presencia de inmigrantes, ya que es en estos barrios en donde mayormente residen. Así, podemos decir que «la degradación del medio urbano lleva a la degradación del medio social y viceversa» (Alguacil Gómez, et al. 2006:334).

Las instituciones como promotoras de identidad.

Según Domínguez Pérez, «(…) lo político promueve o dificulta la participación a través de la formulación de identidad oficial negociada y orquestada que da la palabra a unos sectores, desmovilizando a otros. No quiere decirse con ello que los excluidos no puedan gestar una identidad, sino que son los poderes públicos los que por excelencia definen la identidad urbana y que son los verdaderos responsables de la integración de unos y otros debido a su papel de negociadores (…)», el aporte multicultural proveniente supuestamente de la identidad de los inmigrantes en el distrito centro, tiene más que ver con una estrategia política de las administraciones locales que como una manifestación consciente y propositiva de los inmigrantes, que se mantienen en un segundo plano.

En este sentido, podremos estudiar el discurso institucional referente a los inmigrantes a través de diversos documentos elaborados por las administraciones autonómica y local para ver con qué valores y atributos se identifica a este grupo, qué imagen se pretende dar de ellos y qué lugar ocupan en las políticas urbanas.

La Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid llevan tiempo ensalzando las virtudes y oportunidades que los inmigrantes aportan a la ciudad y a la ciudadanía, siendo la multiculturalidad, la interculturalidad o lo multiétnico, las identidades y las imágenes que más se quieren asociar a la presencia de inmigrantes. La promoción de esta imagen será vendida insistentemente por ambas instituciones, y será mostrada continuamente como un elemento que debe ser tomado como motor de desarrollo de la ciudad al que debemos de tener en cuenta en la actualidad.

Las instituciones tienen claro el papel que la identidad de los inmigrantes debe desempeñar, pero no parecen estar muy de acuerdo en cómo alcanzarla. Podemos encontrar dos líneas de actuación que difieren en las estrategias de reconocimiento hacia este colectivo. Así, la Comunidad de Madrid en el Plan de Integración 2006-2008 apuesta por el modelo de la «interculturalidad» frente a la vía defendida en el Plan de Convivencia del Ayuntamiento de Madrid con una fórmula basada en la simbiosis entre la «asimilación y la coexistencia» y que resulta un tanto incompatible con la promoción de la identidad multicultural como apreciamos en este párrafo de las conclusiones del Plan de Integración de la Comunidad de Madrid, ya que la asimilación no pasa por reconocimiento de otras culturas:

«La vía de la interculturalidad surge a raíz del fenómeno del pluralismo cultural abogando por una visión de la cultura autóctona dinámica, no estática, y permeable a los distintos efectos de la interacción social e, incluso, del conflicto existente con lo diferente. Esta vía se contempla siempre en el marco del respeto de los derechos y deberes que contempla la ley. (…) La vía de la interculturalidad se distancia de la asimilacionista o integracionista que subraya la obligación de que los diferentes se integren y de la segregacionista que, aceptando como un hecho la diversidad cultural existente y reconociendo la significación social del fenómeno, no ve necesario poner en marcha estrategias y/o mecanismos adecuados con el objeto de facilitar la cohesión social; es decir, considera que cada grupo minoritario debe crear su propio ámbito particular afectando lo menos posible al conjunto, aún existiendo una inevitable proximidad física. (Plan de Integración 2006-2008: 30)»

En este sentido, podemos decir que es la Comunidad de Madrid la que apuesta por la vía de la interculturalidad frente a la de la asimilación presentada por el Ayuntamiento de Madrid, constituyendo dos modelos de políticas de inmigración enfrentadas y cuyos rasgos identitarios difieren totalmente, aunque hay que tener en cuenta que estos documentos, en muchas aspectos no dejan de ser simples declaraciones de intenciones.

Así vemos que en el Plan de Integración de la Comunidad de Madrid manifiesta la necesidad de que sean tanto los inmigrantes como la población autóctona los que se impliquen en el proceso de interculturalidad reconociendo expresamente como derechos recogidos en la Constitución española, el derecho a la participación y elección de los inmigrantes en las instituciones o el reconocimiento de las minorías culturales y religiosas, siendo esto último un elemento importante a tener en cuenta cuando hablamos de la identidad de los inmigrantes ya que los reconoce expresamente como sujetos con plenos derechos ciudadanos con sus particularidades culturales y religiosas.

También en el apartado VI «Participación y gestión de la diversidad» de dicho plan, se hace una mención explícita a la importante labor realizada para la integración y cohesión social por el tejido asociativo creado por los inmigrantes. En este sentido, los inmigrantes se convierten en sujetos ciudadanos que defienden sus derechos, dan a conocer su cultura de origen y por tanto su identidad, crean redes sociales de apoyo, o ayudan a los recién llegados a que la adaptación sea menos dura.

El modelo de asimilación defendido por el Ayuntamiento, niega la singularidad de cultural de los inmigrantes y apuesta por la incorporación de estos a la cultura autóctona, lo que supone de hecho negar la identidad multicultural que esta misma institución pretende difundir como valor de la población de los inmigrantes.

Comprobamos, por otro lado que tanto el Ayuntamiento, como la Comunidad, coinciden en considerar a la inmigración como una oportunidad de transformación social y cultural mediante el multiculturalismo y la integración. Así podemos ver cómo la Comunidad de Madrid, en el marco contextual del apartado VI «Participación y gestión de la diversidad» del Plan de Integración 2006-2008 titulado «La diversidad cultural como oportunidad», desarrolla un discurso sobre la inmigración y la ciudadanía que la identifica como uno de los principales elementos de transformación a nivel político, cultural y social de la ciudad.

«La correlación existente entre ciudadanía e inmigración constituye, actualmente, uno de los principales motores de la transformación social, política y cultural de nuestra sociedad. La Comunidad de Madrid apuesta por el pluralismo con el fin de fomentar y facilitar la cohesión social de la población autóctona e inmigrante.» (Plan de Integración 2006-2008: 129)

También en el Plan Estratégico de Rehabilitación y Revitalización del Centro Urbano promovido por el Ayuntamiento de Madrid se habla de Madrid como «una ciudad de acogida, construida entre gentes venidas de lejos o de cerca, a los que no se les ha exigido pasaporte un ciudadano», entendiéndose la concentración de este grupo en el centro del municipio como una oportunidad para desarrollar la imagen de modernidad, de ciudad del siglo XXI para la ciudad.

«Igualmente, los procesos de concentración de la inmigración en determinadas áreas del centro (…) plantean la necesidad de entender estas dinámicas urbanas en términos de «oportunidad». En este sentido la conversión de sectores urbanos en dinámicos foros multiétnicos debe de ser un potencial que, transcendiendo las intervenciones exclusivamente urbanísticas, constituya el verdadero motor para al consecución de un centro histórico incorporado plenamente a la realidad social del siglo XXI.» (La revitalización del Centro Urbano. 2004: 16)

Como oportunidad se considera también el hecho de que la población inmigrante supone un rejuvenecimiento del distrito, ya que por lo general su media de edad es bastante menor a la de los autóctonos, fenómeno mucho más acentuado en el distrito centro de la capital, en donde el 32% de los menores de edad son extranjeros.

«El incremento de la población inmigrante permitirá un progresivo rejuvenecimiento de la población del distrito, pues tienen una edad media inferior, y en la medida en que esta población se estabilice económica y familiarmente, tendrá una clara repercusión en la tasa de natalidad y el porcentaje de niños y jóvenes.» (Agenda local 21 Madrid 2007: 10)

Como vemos, los discursos que se manejan ponen de manifiesto la importancia de la inmigración como elemento clave para la reconstrucción y transformación de la imagen de la ciudad hacia la modernidad, una ciudad europea y abierta a la diversidad étnica y cultural. Pero este discurso encuentra otros contrapuestos, incluso dentro de los mismos documentos. Como veíamos más arriba la concentración de inmigrantes en el centro urbano era entendida como una oportunidad, pero esta opinión no es compartida por la administración autonómica que la entiende como algo más problemático.

«Resulta importante prestar atención a los procesos de concentración de población que se están produciendo en zonas deprimidas, sobre todo en los barrios céntricos de algunas grandes ciudades. La concentración en sí misma no tiene que conllevar necesariamente problemáticas de gran magnitud, cuando ésta se produce en zonas degradadas se corre el riesgo de que se originen procesos de concentración, que a mediano plazo se asemejen a guetos.»  (Plan de Integración 2006-2008: 53)

En este mismo documento, la Comunidad de Madrid hace un diagnóstico usando como ejes estratégicos referentes a la inmigración. Temas como el empleo, la vivienda, la educación, los servicios sociales, la salud, la sensibilización y la opinión pública, la participación y la gestión de la diversidad, el codesarrollo, la familia y la juventud contemplando de manera más amplia y global el fenómeno de la inmigración y atribuyéndoles cierto protagonismo como sujetos ciudadanos. No obstante, este colectivo es frecuentemente encasillado y clasificado como grupo desfavorecido en riesgo de exclusión social.

«Promoción y ayuda a la tercera edad, inmigrantes, minusválidos y demás grupos sociales necesitados de especial atención, incluida la creación de centros de protección, reinserción y rehabilitación.»  (…) «La importancia de intervenir sobre este tipo de situaciones radica en que, potencialmente, pueden convertirse en un factor decisivo que desencadene un proceso de exclusión social de mayor amplitud y complejidad y, consecuentemente, un deterioro más amplio y extenso de las condiciones de vida personales de la población inmigrante de origen extranjero.» (Plan de Integración 2006-2008: 16, 64)

Paradójicamente es en estos documentos en donde encontramos argumentos que conciben la inmigración más como un problema que como una oportunidad. Tomamos como ejemplo el diagnóstico de sostenibilidad del distrito centro, realizado en la Agenda Local 21 de Madrid, en el que se realiza un análisis DAFO donde se enumeran 16 debilidades sociodemográficas entre las que encontramos:

  • Excesiva concentración de la población inmigrante (26,2% en julio 2003, media en la ciudad 12,75%), cuando lo deseable sería la distribución equilibrada entre todos los distritos para favorecer la integración y cohesión social.
  • Aproximadamente el 13% (2000) de la población se encuentra bajo el umbral de pobreza, fundamentalmente mayores e inmigrantes, personas sin hogar.
  • La concentración de población inmigrante y su acelerado y constante incremento provoca disfunciones en el Distrito que se manifiestan en la demanda de servicios sociales y medidas de apoyo para facilitar su integración.
  • Las situaciones de exclusión afectan más al colectivo de mujeres y a los menores, sobre todo inmigrantes.

Incluso esta postura queda más al descubierto cuando se habla de las amenazas, donde vemos que la inseguridad ciudadana aparece rodeada de otras cuestiones relacionadas con la inmigración como la creación de guetos o el racismo y la xenofobia, facilitando así la asociación de la inseguridad con la inmigración. Así reproducimos este apartado al completo para ilustrarlo de mejor forma:

  • Envejecimiento de la población. Incremento del número de hogares unipersonales.
  • Incremento de las desigualdades sociales y la exclusión social, consecuencia del envejecimiento de la población y de la excesiva concentración de la población inmigrante.
  • Riesgo de convertir determinadas zonas en «guetos» por la falta de integración social de la población inmigrante.
  • Riesgo de incremento de la inseguridad ciudadana.
  • Riesgo de brotes de racismo y xenofobia entre la población autóctona.
  • Éxodo masivo de la población joven como consecuencia de los elevados precios de la vivienda y la inseguridad ciudadana.

Y encontramos una última amenaza en el apartado de la estructura urbana, económica, social y ambiental referente a los inmigrantes:

  • Frente a la baja ocupación media de viviendas en el centro, existe un riesgo evidente de hacinamiento en las áreas ocupadas por inmigrantes, difíciles de detectar por el momento en datos estadísticos.

Sin embargo, en el apartado de oportunidades, el único punto que recoge al colectivo de inmigrantes, es el que hace referencia al Plan Madrid desarrollado por el Ayuntamiento:

  • El Plan Madrid para la Convivencia Social e Intercultural (2004-2008) que se acaba de anunciar afectará a toda la ciudad, pero es sin duda una gran oportunidad para el distrito Centro por la especial incidencia de la inmigración.

Es este mismo documento se nos muestra que la inmigración es una de las mayores preocupaciones de los madrileños, aportando a continuación una serie de medidas para evitar la discriminación y las situaciones de exclusión entre dicho colectivo, en donde el fomento de la interculturalidad ocupa un pequeño espacio.

«(…) debemos apuntar que el fenómeno de la inmigración es uno de los que más preocupan a los madrileños, y que requiere una atención muy especializada para facilitar su integración y frenar posibles brotes de intolerancia por parte de la población autóctona. Requieren especial atención:

  • Los salarios y las medidas de seguridad en los trabajos precarios.
  • La vivienda.
  • La información y asesoramiento para su integración.
  • Las medidas que faciliten y promuevan la interculturalidad.
  • Medidas de apoyo en centros escolares.
  • Aprendizaje de nuestro idioma y costumbres locales.
  • Detección y control de situaciones de pobreza y exclusión.
  • Especial apoyo a la mujer inmigrante.
  • Estudiar y evitar posibles riesgos de control de determinados colectivos por mafias organizadas.
  • Frenar posibles brotes de racismo y xenofobia por parte de la población autóctona.» (Agenda Local 21 de Madrid 2007. Pgs. 10-11)

Si bien es cierto que los Centros de Participación e Integración, las medidas de impulso del asociacionismo o la apuesta por las políticas de codesarrollo constituyen tímidas acciones encaminadas a reconocer a los inmigrantes como sujetos ciudadanos activos en la sociedad madrileña, no dejan de ser acciones minoritarias, eclipsadas en todo momento por el resto de elementos asistenciales orientados a integrar socialmente a los inmigrantes.

Así vemos que por un lado se promociona el discurso de la identidad multicultural pero por otro se llevan a cabo políticas y planes que no están en concordancia con este discurso. Además, los dirigentes políticos en muchas ocasiones confunden términos, mezclan discursos o se contradicen, dejando entrever que por un lado van las declaraciones públicas y por otro la elaboración de informes técnicos y políticas sociales. En este sentido, a pesar de las declaraciones del alcalde presentando en el 2005 el Plan de Convivencia de Madrid como una «vanguardia mundial en materia de inmigración a través de una fórmula basada en la simbiosis entre la asimilación y la coexistencia», posteriormente y junto con la Presidenta de la Comunidad Madrid, consideran la asimilación y el multiculturalismo como fallidos:

«(…) Aguirre y Gallardón coincidieron en señalar que los modelos de asimilación y multiculturalismo desarrollados en otros países de Europa en política de inmigración son fórmulas «fallidas», por lo que apostaron por la «integración» como método para lograr que los extranjeros que llegan a la región se sientan y se conviertan en madrileños.»  (www.madridiario.es 19-12-2007)

Vemos cómo las declaraciones políticas, en muchos casos, se contradicen con otras anteriores, no se corresponden con el contenido de sus políticas y de los planes desarrollados por ellos, o simplemente desconocen el contenido de los informes realizados por los técnicos de consejerías y concejalías.

En los documentos oficiales que tratan el tema de la inmigración, el vocabulario utilizado resulta tendencioso al recurrir frecuentemente al uso de palabras como conflicto, desventaja, exclusión social, situación de vulnerabilidad, desigualdad social, gueto, intervención, reinserción, rehabilitación, emergencia social, pobreza, etc., muy frecuentes en la justificación y objetivos de estas políticas y en la redacción de los diversos planes tanto a nivel del Ayuntamiento como de la Comunidad de Madrid, lo que da una muestra del lugar que realmente ocupa este colectivo para las autoridades. Por ejemplo, uno de los objetivos del Plan de Acción de la Agenda 21 de Madrid es:

«La protección de colectivos desfavorecidos, como inmigrantes, personas en riesgo de exclusión y personas sin hogar.» (Plan de Acción 2007: 25)

De la misma forma, existe una convergencia en el uso de un amplio abanico de palabras relacionadas con este los modelos de integración y que ocasiones viene promovida por organizaciones supranacionales como multiculturalidad, interculturalidad, sociedad multiétnica, coexistencia, adaptación, etc. que en muchos casos son usadas de manera arbitraria o atribuyéndoles un sentido diferente a su significado real, por lo que se crea cierta confusión cuando son usadas en declaraciones públicas, dejando al descubierto ciertas contradicciones en su discurso. Así, según Pennix y Martinello (2006:114) y siguiendo los criterios descritos por Vermeulen (1997:152) este vocabulario común, puede resultar engañoso ya que el «el uso de las mismas palabras no necesariamente significa que las personas están de acuerdo en sus ideas. Puede incluso llegar a crear una ilusión de una acuerdo».

En resumen, podemos decir que se manejan dos discursos institucionales, uno público, explicito y «políticamente correcto» que identifica al colectivo de inmigrantes como una oportunidad, como un aporte demográfico que enriquece a los diferentes barrios de Madrid, modernizando y europeizando la ciudad mediante la multiculturalidad, y otro que no se hace público directamente, que se lee entre líneas, de forma implícita, indirecta e incluso involuntaria, que asocia a los inmigrantes con la inseguridad y con la marginalidad social.

Resulta significativo observar que a pesar de que el fenómeno migratorio es considerado como una oportunidad para las administraciones, gran parte de las políticas destinadas a los inmigrantes tienen un carácter asistencialista y en muchas ocasiones se les considera como un grupo de riesgo, peligroso o en peligro de, con atención a personas en estado de emergencia social y medidas para prevenir conflictos en lugares públicos, por lo que por lo general son tratados como objeto y objetivo de políticas asistenciales y de prevención por las administraciones públicas más que como sujetos con derechos ciudadanos en igualdad de condiciones que sus vecinos autóctonos. En este sentido los barrios donde habita la población inmigrante, pasan de ser barrios multiculturales donde se gestan oportunidades de convivencia e interacción, a ser barrios peligrosos e inseguros en donde la droga y la prostitución dibujan un panorama de exclusión social en el que los inmigrantes se convierten en protagonistas. De esta manera, cuando se habla de «barrio inmigrante» se hace muy fácil pensar en un «barrio peligroso».

El papel de los medios de comunicación.

Los medios de comunicación han contribuido enormemente a difundir una imagen sesgada de los inmigrantes ya que estos ocupan la mayoría de las veces las noticias referentes a sucesos, delincuencia o terrorismo, especialmente después de los atentados del 11-M y de la aparición de bandas juveniles como los «Ñetas», los «Latin Kings», o la popular «banda del pegamento» del barrio de Lavapiés, sucesos que ocurren en barrios o municipios con un porcentaje de inmigrantes importante como Villaverde, Lavapies, Alcorcón, etc. La imagen difundida por los medios, hace de los inmigrantes potenciales delincuentes dando una sensación de inseguridad en los barrios que ellos habitan, ya que esta es la única imagen que los medios proporcionan, olvidando, o dejando en un plano menos importante casi todas las noticias referentes a facetas positivas de la de inmigración que pueden aportar una visión más global y objetiva que evite el sesgo.

Así, el papel de los medios de comunicación es tratado también en el Plan de integración 2004-2008 de la Comunidad de Madrid, en el apartado VI Sensibilización Social y Opinión Pública reconociendo la actuación perversa de dichos medios:

«En general, las noticias aparecidas en los medios de comunicación suelen destacar los aspectos menos deseados de la inmigración. Así pues, es bastante común presentar a la población inmigrante como delincuente, terrorista, pobre, etc. (…) En la sociedad actual, todos los discursos, tanto en contra como a favor de la inmigración, tienen en los medios de comunicación un canal clave de difusión para llegar hasta la opinión de la población. Por tanto, una política de sensibilización ha de tener en cuenta este canal y las imágenes que se da a través de él sobre el fenómeno de la inmigración.» (Plan de Integración 2004-2008: 124)

De esta manera y con toda probabilidad, una parte importante de la identidad que es aportada por su presencia en estos barrios tiene que ver con la inseguridad en todo su amplio espectro: drogas, prostitución, delincuencia, mendicidad. De hecho las asociaciones hechas entre inmigración y delincuencia por la prensa, justifican abiertamente la vía de la intervención policial y el aumento de la seguridad ciudadana como medio para erradicarla. Así en la siguiente noticia extraída de la prensa gratuita, sobre las patrullas a caballo de la policía municipal en el barrio de Lavapies, es acompañada por el siguiente subtítulo y la siguiente columna respectivamente:

«Con aplausos y vítores, así recibieron ayer los vecinos del barrio a la primera patrulla a caballo que llegaba a sus calles. Con esta medida, confían en que termine la delincuencia y el trapicheo con drogas.»

«El barrio de Lavapies pertenece al distrito de Centro y es uno de los más problemáticos de la ciudad. En él vive un porcentaje muy elevado de inmigrantes entre los que destacan los de origen oriental y magrebí. Las revueltas y ajustes de cuentas han sido denunciadas en numerosas ocasiones por vecinos de todas las nacionalidades, que también destacan el elevado nivel de delincuencia.» (Qué! 24/1/2008)

Estos hechos de conflictividad o marginalidad, deben ser tratados como casos puntuales, a tener en cuenta, pero que en ningún caso representan al colectivo de inmigrantes en su totalidad, si no más bien a una minoría. Además algunos de los hechos que pueden ser percibidos como conflictivos, no dejan de ser fruto de interpretaciones erróneas por parte de los medios, fruto del desconocimiento, la incomprensión de culturas ajenas o la búsqueda de sensacionalismo.

La Comunidad de Madrid, dentro del Plan de Integración ha realizado algunas campañas de sensibilización en los medios de comunicación, usándolos como herramienta con el fin de contrarrestar esta imagen difundida de inseguridad, por otra en la que se ensalzan los valores positivos de la inmigración y su importancia en el desarrollo económico de la región, contribuyendo a la promoción y difusión de la identidad para los inmigrantes por los poderes públicos, frente a aportada por los medios de comunicación:

«El eje de la campaña, presentada en la sede del Gobierno regional, es un spot televisivo en el que un grupo de 15 inmigrantes de diferentes nacionalidades participa en la construcción de la bandera de la Comunidad, como símbolo de su integración y su contribución al crecimiento de una Región que es la locomotora económica de España y ejemplo de tolerancia y convivencia.» (www.madrid.org)

Conclusiones.

Según las hipótesis sobre las que hemos ido vertebrando temáticamente este trabajo, podemos afirmar en función de los diferentes discursos aportados en el desarrollo, que son las instituciones públicas, tanto la local como la regional, las que principalmente han difundido y promocionado la identidad de los inmigrantes hacia la multiculturalidad, interculturalidad, multietnicidad.

Resulta poco congruente por parte de las instituciones local y regional que mientras promocionan esta identidad multicultural para los inmigrantes asociada a la cultura, a la convivencia, a la transformación y desarrollo social y económico de la ciudad de Madrid,  consideren implícitamente a este colectivo como incapaz de valerse por si mismo al desarrollar todo tipo de servicios sociales tendentes a la atención y asistencia hacia un grupo desfavorecido o a un grupo de riesgo.

A pesar de que la Comunidad de Madrid en el Plan de Integración reconoce los derechos políticos de los inmigrantes considerándolos por tanto como ciudadanos y enunciando su intención de potenciar el tejido asociativo inmigrante y las políticas de codesarrollo, éstas acciones constituyen únicamente un tímido avance hacia el desarrollo de una identidad multicultural en la que el inmigrante sea sujeto ciudadano que participe en la vida pública de la ciudad y no sea un mero objeto y objetivo de políticas asistencialistas y receptor de servicios.

Existe una clara disfuncionalidad de los discursos políticos. La administración local y la regional, a pesar de compartir algunos servicios de atención a los inmigrantes y tener convenios en vigor respecto a esta materia, presentan líneas de trabajo y posicionamientos diferentes con unos principios teóricos y metodológicos confrontados en materia de inmigración. Así, mientras que la Comunidad de Madrid opta por el modelo de la interculturalidad, el Ayuntamiento de Madrid defiende la asimilación, siendo éstas posturas contrapuestas y antagónicas en sus planteamientos.

Los mandatarios políticos hacen referencia a términos como multiculturalidad, interculturalidad, o asimilación con bastante ambigüedad por lo que ocasiones realizan declaraciones contradictorias con las políticas que llevan a cabo o con otras declaraciones hechas con anterioridad, restando credibilidad a su discurso sobre el tema.

Los medios de comunicación contribuyen enormemente a crear una falsa imagen de los inmigrantes y de los barrios en donde habitan, difundiendo noticias vinculadas con sucesos o delitos de todo tipo sin aportar otra imagen con aspectos positivos de este colectivo, propiciando que se puedan asociar ciertos hechos delictivos con la inmigración. Además algunos acontecimientos que han generado una gran alarma social, como el 11-m, las peleas en bandas «Latin Kings» y «Ñetas» en el municipio de Alcorcón han contribuido de forma negativa en la imagen de los inmigrantes.

Esta actitud de los medios hace posible la existencia de cierta tendencia a identificar estos problemas con dicho colectivo. Así se puede entender que un barrio con muchos inmigrantes es un barrio problemático.

Bibliografía.

Documentos Oficiales

§  Comunidad de Madrid,  2006 «Plan de Integración 2006-2008».

§  Ayuntamiento de Madrid,  2007. «Plan de Acción 2007».

§  Ayuntamiento de Madrid,  2007. «Agenda Local 21 de Madrid».

§  Ayuntamiento de Madrid, 2004. «Plan Madrid para la Convivencia social intercultural 2004-2008».

§  Ayuntamiento de Madrid,  2007. «Plan de revitalización del distrito centro 2007».

Libros, artículos y revistas.

§  Alguacil Gómez, Julio; Basagoiti Rodríguez, Manuel; Bru Martín Paloma; Camacho Gutiérrez, Javier. (2006). «Investigación-acción participativa en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles (Distrito de Villaverde, Madrid)». En Cuadernos de Trabajo Social Vol. 19: 331-346

§  Ávila, Débora y Maló, Marta. (2007). «¿Quién puede habitar la ciudad?. Fronteras, gobierno y transnacionalidad en los barrios de Lavapies y San Cristóbal». En Observatorio Metropolitano, «Madrid ¿la suma de todos?. Globalización, territorio, desigualdad.». Madrid. Editorial Traficantes de Sueños. Pgs. 505-635.

§  Domínguez Pérez, M. (2006) «Identidad, ciudadanía e inmigrantes en las ciudades en el marco de la globalización», en «Construyendo colectivamente la convivencia en la diversidad. Los retos de la inmigración». Sevilla. Ed. Atrapasueños. Pgs 95-127

§  Leal Maldonado, Jesús (2005) «La segregación urbana y el impacto del mercado de viviendas», en Revista de Economistas. Madrid, nº 103/2008. Pgs. 37-51.

§  PENNINX, RINUS  y MARTINIELLO, MARCO, (2006) «Procesos de integración y políticas (locales): estado de la cuestión y algunas enseñanzas», en Revista Española de Investigaciones sociológicas, 116 (Octubre-Diciembre 2006), 123-156

Páginas Web

§  www.munimadrid.es

§  www.madrid.org

§  www.madridiario.es

En prensa de distribución gratuita.

§  Qué!.  Edición Madrid. 24/01/2008

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Óscar Muñoz Carrera

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