Paisajes desvastados. Después del ciclo inmobiliario: Impactos regionales y urbanos de las crisis.
Publicada en CONTESTED_CITIES blog Madrid
El volumen publicado por Traficantes de Sueños en 2013, y coordinado por el Observatorio Metropolitano de Madrid, surgió a raíz de las “Jornada contra la depredación de los bienes comunes. Ciudad, territorio y capitalismo”, celebradas en Madrid en 2011. Estas consistieron en un ambicioso foro promovido por varias organizaciones, entre las que se encontraba el citado Observatorio. En gran medida, la convocatoria estaba inmersa en el análisis y la comprensión del ciclo de 1986-2006, marcado por dos periodos de fuerte crecimiento, así como por el expolio de recursos naturales fruto del hiperdesarrollo de la construcción de viviendas y grandes infraestructuras. Un discurso crítico en el que habían estado implicadas múltiples organizaciones próximas al ecologismo, el urbanismo crítico o los movimientos sociales urbanos en la década anterior y que había dado lugar a notorias luchas como la desarrollada contra el Tren de Alta Velocidad en Euskadi, cuyos activistas estuvieron allí presentes. No obstante, en el momento de realización del mismo, muchas de las exposiciones fueron basculando hacia la descripción de la situación post-crisis. Cuando la publicación ha podido ver la luz, dos años después, el sugestivo título deja claro el cambio tan radical de marco que hemos vivido en este tiempo. Existe la conciencia de que hay un ciclo que ha terminado y que no volverá, el gran ciclo de la burbuja inmobiliario-financiera. Un Fenómeno excepcional por sus dimensiones, solo comparable a lo sucedido en la costa oeste de EEUU, aunque, al mismo tiempo, paradigmático del tipo de capitalismo hegemónico, financiarizado y especulativo, un modelo que pueden estar siguiendo otros países en vías de desarrollo en la actualidad.
A pesar del tema tratado, el libro está muy lejos de ser un producto típico de la academia, ni siquiera de una perspectiva crítica desde la misma. Entres sus valores se encuentra el ser un libro situado en el margen, a medio camino entre la militancia política y la universidad. El índice de escritores da fe de ello, con una gran presencia de grupos de investigación militantes, ajenos al sistema académico oficial, o de estudiosos fuertemente vinculados al activismo social o al ecologismo. En el encontramos dos capítulos que sirven de marco para el conjunto, con exposiciones de gran calidad y rigor sobre el ciclo inmobiliario financiero y constructor y sobre el boom de las infraestructuras de transporte, a cargo del Observatorio Metropolitano y de Paco Segura respectivamente. A estos dos brillantes artículos, les sigue un conjunto más irregular aunque variado y de sumo interés. Estudios de caso que cubren la principal área metropolitana del país, Madrid; dos aglomeraciones con centralidad regional, Zaragoza y Sevilla; la cuestión del Tren de Alta Velocidad en Euskadi; y una amplia representación de estudios sobre la destrucción provocada por el neodesarrollismo en el Mediterráneo, cubriendo la costa del Sol, Valencia, Murcia y Mallorca.
¿Tiene sentido estudiar un ciclo económico ya pasado? Diría que sí, si tomamos conciencia de que es el elemento fundamental que ha provocado la actual debacle. La crisis no es sino la otra cara del capitalismo exitoso y desatado. De esta manera, el texto se ubica entre ambos momentos, siendo útil al discurso político crítico en varios sentidos. En primer, lugar para señalar las políticas desarrolladas en el periodo de crecimiento como responsables de la situación actual. Y no solo los gobiernos de ultraliberales de la segunda mitad de los noventa, como algunos quisieran defender. El modelo hunde sus raíces en toda la historia de la segunda mitad del siglo XX en España, incluyendo los gobiernos de centro izquierda que mandaban cuando se establecieron gran parte de las bases de una economía altamente especulativa como la padecida: entrada en la CEE, atracción de inversiones extranjeras en activos inmobiliarios, políticas de liberalización de la banca y alquileres, desmantelamiento del sector público de la vivienda, etcétera. En segundo lugar, para realizar una muy necesaria desmitificación del pasado. Uno de los grandes riesgos en los análisis de la situación actual, es la posibilidad de percibir el periodo anterior como un tiempo dorado al que sería deseable, aunque improbable, regresar. Durante el periodo anterior se generaron altas cotas de precariedad e iniquidad fruto de las políticas neoliberales en las que ahora se profundiza, fraguándose las bases de una sociedad progresivamente polarizada. Por otro lado, la voracidad de las grandes aglomeraciones urbanas, los complejos suburbanos y las infraestructuras asociadas esquilmaron recursos naturales a una velocidad nunca antes vista. Por mucho que los partidos en el gobierno no parezcan tener otra idea para salir de la situación actual que intentar volver a las condiciones anteriores, hay que señalar no solo la imposibilidad sino también lo indeseable de hacerlo.
Por último, el libro invita a pensar el periodo actual en el que vivimos, tras el derrumbe del anterior modelo, como un periodo de grandes dificultades y terribles amenazas, pero también de oportunidades donde el pensamiento crítico y los movimientos sociales tienen y tendrán mucho que decir.